Hormonas bioidénticas: alternativa renovada en la terapia hormonal sustitutiva
Qué son las hormonas bioidénticas, por qué están en boca de todas y cómo se diferencian de la terapia hormonal sustitutiva tradicional.
Cada vez existen más opciones dentro de la terapia hormonal sustitutiva y las hormonas bioidénticas han ganado popularidad en los últimos meses al posicionarse como una alternativa más natural a los tratamientos tradicionales. Pero ¿realmente son tan diferentes? Te lo contamos todo.
¿Qué son las hormonas bioidénticas?
Las hormonas bioidénticas son compuestos hormonales diseñados para imitar la estructura molecular de las hormonas que produce nuestro cuerpo de forma natural, como el estrógeno, la progesterona o la testosterona. Gracias a esta similitud, el organismo las “reconoce” como propias y, en teoría, puede procesarlas de forma más eficiente y con menor probabilidad de efectos secundarios.
¿Son más naturales?
Suelen derivarse de fuentes vegetales como la soja o el ñame, lo que a menudo lleva a que se consideren más naturales, pero es importante matizar este término: que una hormona provenga de una fuente vegetal no significa que se use tal cual. Muchas de estas sustancias deben ser procesadas en laboratorio para adquirir una forma activa y funcional para el cuerpo humano. Es decir, lo “natural” no implica ausencia de intervención ni mayor seguridad por defecto. Además, al ser similares a las que produce el organismo, su potencia es equivalente a la de estas y no tiene nada que ver con la potencia de la fitoterapia.
Terapia hormonal bioidéntica, ¿cómo se diferencia de las terapias tradicionales?
La terapia hormonal bioidéntica se distingue principalmente por dos aspectos: la estructura química de las hormonas y la forma en la que se formulan y personalizan los tratamientos.
Mientras que las hormonas bioidénticas replican exactamente la estructura de las que produce el cuerpo humano, las terapias tradicionales pueden emplear versiones sintéticas o ligeramente modificadas.
Además, en la mayoría de los casos, los tratamientos clásicos se presentan en dosis estándar, mientras que la terapia bioidéntica se adapta con mayor precisión a las necesidades individuales: se mide el perfil hormonal de la paciente y se ajustan las dosis según sus síntomas y características.
Este enfoque personalizado ha contribuido a que muchas mujeres vean esta opción como más segura o cercana a su fisiología. Sin embargo, esta percepción no está respaldada por la ciencia. Hasta ahora, la evidencia muestra que cuando se usan de forma controlada y con supervisión médica, los beneficios y riesgos de ambos tipos de terapia hormonal sustitutiva pueden ser similares. Por eso, antes de empezar cualquier tratamiento, lo más importante es contar con una valoración médica completa que tenga en cuenta tu historial, tus síntomas y tus objetivos de salud.
Terapia hormonal sustitutiva, ¿es para mí?
Esta es una de las preguntas más frecuentes entre las mujeres que atraviesan la perimenopausia o ya están en la menopausia: ¿realmente necesito una terapia hormonal sustitutiva?
Por lo general, este tipo de tratamientos se recomienda a mujeres que experimentan una afectación importante en su calidad de vida o aquellas que se enfrentan a una menopausia precoz (ya sea de forma natural o inducida). Dicho esto, no hay una repuesta universal.
La intensidad de los síntomas, el impacto en tu calidad de vida, tu salud ósea y cardiovascular, tu estado emocional… Todos estos factores entran en juego. Por eso, la terapia hormonal sustitutiva, ya sea en su versión tradicional o con hormonas bioidénticas, puede ser una gran aliada para muchas mujeres, pero no está indicada para todas.
Por ejemplo, si tienes antecedentes de cáncer de mama, trombosis u otras condiciones médicas específicas, es posible que el tratamiento hormonal no sea la mejor opción. En estos casos, existen alternativas no hormonales que también pueden ayudarte a gestionar los síntomas.
La buena noticia es que hoy contamos con más opciones y más información que nunca. El abordaje ideal es siempre individualizado: analizar tus síntomas, tus objetivos y tu estilo de vida con tu ginecóloga es fundamental para definir el camino más adecuado para ti.
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¿Cómo se administran las hormonas bioidénticas? Pellets y otros formatos disponibles
La forma en la que se administran las hormonas bioidénticas es muy similar a la de la terapia hormonal sustitutiva tradicional. Los formatos más comunes son:
- Cremas o geles transdérmicos, que se aplican sobre la piel y permiten una absorción progresiva.
- Óvulos vaginales, útiles en casos de sequedad y atrofia vulvovaginal.
- Comprimidos orales, aunque su uso ha disminuido debido a su mayor paso por el hígado.
- Parches dérmicos, una opción cómoda y eficaz.
- Pellets subcutáneos, que consisten en pequeños implantes del tamaño de un grano de arroz que se colocan bajo la piel (generalmente en la zona glútea) y liberan la hormona de forma continua durante 3 a 6 meses. Las hormonas bioidénticas en pellets son especialmente populares entre mujeres que buscan comodidad y estabilidad en los niveles hormonales, aunque estos no están exentos de riesgos y deben colocarse siempre en centros médicos acreditados.
Sea cual sea el formato, la clave está en que el tratamiento sea supervisado y adaptado a tus necesidades.
Hormonas bioidénticas: promesa interesante, pero sin soluciones mágicas
Las hormonas bioidénticas se posicionan como una alternativa interesante dentro del abanico de opciones de terapia hormonal sustitutiva. Pueden ofrecer beneficios reales en la mejora de los síntomas de la menopausia, pero requieren el mismo nivel de rigurosidad médica y seguimiento que cualquier otro tratamiento hormonal.