Menopausia
Somos tu guía de la menopausia.
Las alteraciones hormonales que se producen a partir de la premenopausia afectan directamente a nuestra salud física y mental. Te queremos proporcionar las herramientas que necesitas para entender los cambios de la menopausia.
Otros efectos
Son sudoraciones repentinas o calores súbitos, más o menos intensos, que ocurren tanto de día como de noche durante la menopausia. Los sofocos no son un problema grave de salud, pero sí un efecto bastante incómodo para la mayoría de nosotras.
La experiencia de Victoria con los sofocos
Sacaba el abanico muchas veces al día en cualquier momento y en cualquier lugar porque los sofocos no tienen precisamente el don de la oportunidad. Hace unos meses solo quería que la tierra me tragara, pero con la ayuda de máxima, los sudores han disminuido mucho y ya he recuperado el control de mi vida.
Irritabilidad, tristeza, ansiedad, cambios de humor repentinos, inseguridad, pérdida de autoestima e incluso depresión. La transición menopáusica puede traer consigo algunas alteraciones emocionales importantes en las mujeres.
Los cambios hormonales que se producen en la menopausia se traducen con frecuencia en problemas para conciliar el sueño o mantener un sueño estable y dificultad para descansar bien por la noche, un efecto que afecta en nuestro día a día tanto a nivel físico como emocional.
La experiencia de Marta con el insomnio
No descansar bien por la noche estaba complicando mucho mi vida. Me pasaba el día agotada y sentía que estaba más irritable y sensible que nunca. Gracias al equipo de especialistas de máxima, ahora duermo mejor y me siento mucho más vital y positiva.
En el proceso menopáusico es muy frecuente que aparezca sequedad vaginal, aumentando el riesgo de sufrir dispareunia o dolor en las relaciones sexuales, infecciones de orina recurrentes e incluso atrofia vaginal. Los lubricantes e hidratantes vaginales, los tratamientos hormonales y las últimas técnicas regenerativas como el láser, pueden ayudarnos a solucionar el problema de sequedad vaginal.
Nuestro deseo sexual puede verse afectado por los cambios hormonales y algunos síntomas físicos y psicológicos propios de esta etapa, pero la libido no se va para siempre, existen maneras de recuperarla.
Es muy importante reforzar nuestra salud ósea y muscular en la perimenopausia y la menopausia para evitar enfermedades como la osteoporosis y la sarcopenia porque la falta de estrógenos en el organismo hace que los huesos y las articulaciones se vuelvan más frágiles.
La ganancia de peso y los cambios físicos que experimentamos cuando dejamos de menstruar, se convierten en una gran preocupación para muchas mujeres. El deporte y el control del peso son importantes, no solo por lo que respecta al aspecto físico, también para disminuir el riesgo de sufrir de enfermedades relacionadas con la obesidad.
El conjunto de varios factores habituales de la menopausia puede provocar sensación de cansancio, fatiga o apatía en algunas mujeres. Manejar este cansancio extremo puede ser una batalla en algunos casos puntuales, pero, con un tratamiento adecuado y algunos cambios en nuestro estilo de vida, es posible vencer la fatiga.
Aunque no afecta a todas las mujeres de la misma forma, lo habitual es que la grasa corporal tienda a concentrarse, sobre todo, en la zona del abdomen en la menopausia. Riesgo aumentado de diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia son algunos de los cambios metabólicos más frecuentes en la menopausia.
En la menopausia es normal sufrir algunos cambios significativos en la piel tales como pérdida de elasticidad, arrugas, sequedad, mayor sensibilidad, manchas o acné.
El debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico puede traer consigo otros problemas como incontinencia urinaria, urgencia miccional, dispareunia, prolapsos, o la sensación de vagina amplia.
Cierta confusión mental, dificultad para concentrarse y prestar atención o pérdidas de memoria puntuales son algunos de los problemas neurológicos que pueden vivirse, de forma transitoria, durante la menopausia.
Pérdida de colágeno en las articulaciones, aparición de artrosis son las causas de que aparezcan dolores osteoarticulares con frecuencia en la transición menopáusica.
Durante la perimenopausia, es habitual que los sangrados se vuelvan muy irregulares en cuanto a frecuencia y cantidad de flujo. Ya en la menopausia, un sangrado abundante podría ser un síntoma de alguna enfermedad que requiere diagnóstico y tratamiento.
Algunas mujeres experimentamos durante la perimenopausia molestias y dolores en el pecho o mastalgia producidos por un incremento del volumen de líquido en las mamas.
La pérdida de colágeno, de grasa, elastina y tejido mamario durante el proceso menopáusico, hace que el pecho vaya perdiendo volumen y cambie de forma progresivamente en algunos casos.
Los dolores de cabeza más o menos intensos pueden ser un inconveniente para muchas mujeres durante los periodos de cambios hormonales de la perimenopausia y en las primeras etapas de la menopausia.
Es un efecto muy habitual de la transición menopáusica. Las palpitaciones se perciben en forma de latidos muy rápidos y fuertes durante un periodo corto de tiempo, normalmente durante la noche.
Un síntoma habitual de la menopausia es la dificultad para controlar la orina. Este problema puede deberse a diferentes causas relacionadas con la pérdida de elasticidad de los músculos y los tejidos de la zona pélvica.
La experiencia de Cristina con la incontinencia urinaria
Con el problema de la incontinencia, me resultaba muy complicado ir a cualquier sitio y durante meses, renuncié a un montón de planes por miedo a hacerme pis en público y pasar un mal rato. Por suerte, cuento con máxima para recuperar el control, mi autoestima y mis ganas de socializar.
Factores como los cambios en la microbiota y la atrofia de los tejidos vulvovaginales y urinarios predisponen a las mujeres a sufrir infecciones en las vías urinarias más frecuentes e incluso crónicas en la menopausia.
En la transición menopáusica la densidad capilar disminuye progresivamente y el cabello se vuelve más fino y quebradizo. Lo mismo ocurre con la queratina de las uñas con el envejecimiento.
Al igual que ocurre en la adolescencia, los cambios hormonales pueden hacer que aparezca vello en algunas zonas de la cara, incluso donde no se le esperaba.
La pérdida de colágeno y elastina provoca a menudo problemas de sensibilidad, sequedad y tirantez en la piel del cuerpo que se traducen en molestos picores cutáneos en la menopausia.
La pérdida de estrógenos puede alterar la composición de nuestro sudor en la menopausia y, por eso, pueden producirse a menudo cambios en la intensidad y el tipo de olor corporal.
La sensación hinchazón en la transición menopáusica se debe a un incremento en la retención de líquidos localizada sobre todo en la zona del abdomen y en las piernas y por el aumento de la grasa abdominal.
Las molestias musculares en la menopausia pueden manifestarse en forma de rigidez y calambres en las piernas, tanto mientras estamos activas como cuando estamos en reposo. Los calambres son frecuentes durante la noche.
Alteraciones en los sentidos del gusto y del olfato que pueden provocar tanto un aumento como una disminución de intensidad en la percepción de los olores y los sabores.
En la transición menopáusica existe un mayor riesgo de sufrir problemas dentales y gingivitis descamativa, un problema que afecta, sobre todo, a la salud de las encías.
El síndrome de la boca ardiente (SBA) provoca sensaciones de sequedad bucal, ardor, escozor, adormecimiento e incluso dolor tanto en el interior de la boca como en la lengua.
Los cambios hormonales, afectan también al funcionamiento de las glándulas oculares. En la menopausia puede aumentar la sequedad de los ojos y, por lo tanto, se incrementa el riesgo de sufrir irritaciones oculares.
El acúfeno o tinnitus es una afección bastante molesta de la menopausia que consiste en la sensación de notar ruidos o zumbidos en los oídos. Los acúfenos en sí mismos, no son graves, pero suelen estar vinculados a algún otro problema de salud.